Martin Luther King tiene un libro precioso, que ya sabeís que me encanta releer, titulado «La fuerza de Amar». Se trata de una recopilación de algunos de sus mejores sermones, aunque no incluya el más famoso de todos, «Hoy tengo un sueño». No sé si sabreís que en realidad esas palabras tan famosas y repetidas fueron fruto de la improvisación. Lo cuentan sus biógrafos. Fijaros que el discurso en el Capitolio tiene dos partes, una primera en tono conceptual y elaborado, y la final en un tono intuitivo y emotivo.
Pero bueno a lo que iba. En el capítulo titulado, «La muerte del mal a orillas del mar», cuenta que el historiador Charles Beard, al ser preguntado cuales eran las enseñanzas que la historia le había aportado señaló:
«Primero, cuando los dioses quieren destruir a alguien antes lo enloquecen con el poder. Segundo, las ruedas de Dios, muelen poco a poco, pero lo reducen todo a polvo. Tercero, la abeja fertiliza la flor cuyo jugo succiona. Cuarto, cuando más negro está todo es cuando puedes ver las estrellas».
Curiosas palabras de un historiador, ¿verdad?. Martin Luther King, añade, » y todo mal al final, llega a su límite».
Os dejo con éstas profundas reflexiones. Para que penseís un rato (si quereís).
Nota. La mayoría la habeís oído, pero si alguno no lo ha hecho, aquí teneís el enlace