Para ir concluyendo esta serie, os expongo lo que considero más relevante:
¿La meditación tiene efectos positivos en los practicantes?.
Estoy seguro que si. Por un lado, porque viene avalada por miles de años de tradición, por la experiencia acumulada de muchas personas y por las enseñanzas de monjes, gurus, yoguis y tantos otros, tanto en oriente y occidente. Y por otro, porque hay estudios científicos que apuntan a que es así; aunque no sean concluyentes y deban ser proseguidos, se acumulan los indicios en ese sentido.
No se nos debe olvidar que la meditación no es aconsejable para todo el mundo. Las personas afectadas por algún trastorno psíquico o neurológico, por ejemplo, no deben practicarla. A veces una práctica mal guiada provoca un alejamiento de la realidad y de los demás. Si notamos algún efecto adverso, tenemos que dejar de meditar enseguida; y si lo vemos en algún amigo, hay que advertírselo. Todos los textos serios, avisan de que la meditación nos debe proporcionar más tolerancia, alegría, empatía e integración social. Si observamos lo contrario es que algo no marcha bien.
Es muy aconsejable antes de aprender a meditar, aprender la relajación, en su forma básica nos ayudara mucho, en especial al principio. A muchas personas diría que les ayudará más que la meditación.
Os pongo un cuadro ilustrativo extraído del amigo R. Manocha:
Es un poco discutible el orden entre Mantra-Mindfulness-Silencio Mental, tampoco hay que entender que el estres nos lleve a la depresión. Es simplemente una manera de expresarlo.